"En la mayoría de casos el enemigo es el hábito. Comportamientos habituales, pensamientos habituales, hábitos que han arraigado en nosotros a lo largo del tiempo y que resultan difíciles de erradicar. Todo hábito sirve inicialmente a algún valor, de otro modo no se habría convertido en hábito. Pero los tiempos cambian y los viejos hábitos ya no nos sirven. Mantenemos los hábitos de diversas formas.
Disponemos nuestro entorno para apoyarlos. Los demás esperan de nosotros que actuemos de forma predecible y, por consiguiente, nos tratan de modo asimismo predecible, lo cual refuerza nuestros hábitos. Son como el dispositivo de crucero de un vehículo, diseñado para mantener determinada velocidad y dirección de modo que el conductor pueda relajarse.
Si quiere cambiar la velocidad o la dirección tendrá que prestar atención de nuevo. Una vez cambiado el hábito éste le llevará en otra dirección hacia un camino distinto. "
Joseph O'Connor y Andrea Lages, Coaching con PNL
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