Nosotros no somos nuestros pensamientos; de
hecho, podemos decidir lo que pensamos y nuestra forma de pensar.
Es muy importante que mantengas pensamientos
positivos durante todo este proceso.
En general hay patrones de pensamiento que
nos conducen a pensamientos negativos:
El catastrofismo: “Suspenderé el examen”; “No
conseguiré dejar de fumar”.
La sobregeneralización: “Siempre me
malinterpreta”.
La lectura de la mente: “Sé que no me
quiere”.
La predicción del futuro: “Volveré a fumar”.
El pensamiento crítico: “Qué tont@ soy”.
El pensamiento en blanco y negro: “Esto es lo
peor”.
Identifica estos patrones en tus pensamientos
y razona de otra manera, cambiándolos por pensamientos positivos más realistas
y saludables. Puede que te ayude a hacerlo el hecho de ponerlos por escrito.
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